Un ciudadano acude disgustado a La Guindilla para mostrar este grafiti. No es para nada de su gusto y apunta para demostrarlo, con cierta sorna, que «primero hay que aprender a pintar en un papel y después en las puertas de los garajes». Está en el número 24 de Duques de Nájera y está claro que no lo considera arte sino vandalismo.
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