Los locales abandonados que antes eran concesionarios de vehículos de ocasión y en stock, enfrente del número 11 aproximadamente de la calle Piquera, “se han convertido en un estercolero improvisado”, denuncia un lector. “Cartones, ropas viejas, orines, excrementos y hasta un montón de colillas, ponen en peligro la salubridad y seguridad de los vecinos”, explica.
“Se hace necesario tomar medidas y quizás el Ayuntamiento pueda instar a los propietarios de esos locales para que cierren esa entrada y evitar que vaya a más”, concluye.
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