Pese a que la de Logroño es una estación de tren que, en general, está en muy buenas condiciones, un lector lamenta que haya «rotos» que «no arreglaron en un principio y que van a peor». Se queja de que, ahora, la solución «costará más tiempo y más dinero» y denuncia el «pasotismo» de aquellos encargados de su mantenimiento.
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