En mayo se llevaron a cabo labores de limpieza y desbroce en el embarcadero del Ebro en Logroño. Un lector apunta un mes después que «sufre más de 8 o casi 9 metros de estrechamiento». «En 10 años lo saltaremos con pértiga. Las orillas dan pena por la suciedad y dejadez, ¿quieren ser ciudad verde? Menos chistes», acaba.
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