Suciedad, pintadas, baldosas rotas, orinas y vómitos. Así lucen las escaleras que bajan desde la calle Sagasta a la calle San Gregorio, justo en la entrada del Puente de Hierro. El lector que nos envía la imagen opina que es lamentable la «dejadez y olvido de uno de los rincones más emblemáticos del Casco Antiguo». Sería aconsejable una remodelación completa del lugar.
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