Una vecina del barrio de El Cortijo explica que eligió vivir «en este hermoso lugar, que tiene más de pueblo que de barrio de Logroño, hace ya 3 años». Hoy quiere «llamar la atención de los vecinos sobre lo que debería ser esa vía que se proyectó como lugar de encuentro y esparcimiento». «Así sería si todos: vecinos, agricultores, empresarios y autoridades locales, aplicásemos un poco de ese sentido común, que tan poco comúnmente se da, y otro poco de civismo y de generosidad, y no pensásemos solo en nosotros y sí un poco más en el otro. El que va caminando y se encuentra los plásticos, envases, botellas y demás residuos que otros han dejado “olvidados”; o las cacas de los perros que sin ningún pudor dejan sus dueños, o las de los caballos que pasean también por esta vía, más apta para caminantes que para bestias; o los restos de escombros o de residuos de arena, piedras, tierra y basuras, con los que se forman barrizales, que amontonan los tractores hábilmente cuando no les ve nadie; o los restos orgánicos de meriendas de gente tan contenta y tan inconsciente que no piensa que la próxima vez se lo encontrará mucho peor; o los estragos de los botellones juveniles, colillas, condones u otras diversas lindezas que pueden encontrar los niños que salen a pasear con sus papás», dice. «Parece que las quejas van a oídos sordos y que tampoco nadie se anima a salir a limpiar, ni autoridades ni ciudadanos. Y todo esto pretendiendo convertirnos en la Capital Verde Europea 2023. Parece que está todavía un poco ‘verde’ la pretensión. Tal vez deberíamos primero ‘auto-educarnos’ en valores y en civismo y aprender a pensar un poco más en la colectividad. Es una reflexión que dejo ahí para que cada uno decida libremente, si quiere hacer de esa Vía Verde, el Sendero del Meandro del Cortijo, un lugar de disfrute para todos», concluye.
¿Tienes algo que aportar sobre la denuncia?: