Un lector nos envía esta imagen tomada en un garaje de la calle Santos Ascarza, de Logroño. Es una costumbre que tiene algún usuario del mismo garaje. Una costumbre de lo más asqueroso: vaciar el cenicero cuando va a entrar al garaje es de suponer que pensando que «de algún modo desaparecerá». Un poco más de civismo…
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